¿vivo o sobrevivo la cuarentena?
- Carlos Talamantes
- 25 abr 2020
- 4 Min. de lectura
Inicio de nueva cuenta con un muy afectuoso saludo a todos mi lectores, agradeciendo por volver a pasar por aquí en estos días tan largos y eternos, que los expertos en materia de la Salud han llamado a esta aventura que vivimos (o sufrimos) como “la cuarentena”; y aunque realmente siendo sinceros, se ha sentido como “la ochentena”.
Donde muchos días nos parecen tan eternos y tan poco productivos, hablando en la generalidad; yo se que existen casos de personas que aun en este encierro les sigue faltado horas para alcanzar a hacer todo su trabajo o metas. Los admiro y felicito tienen todo mi respeto.
Pero siendo honestos los simples mortales, los que somos parte de la clase media profana, de repente se nos acaban las ideas de lo que podemos hacer en el día y por ende se han vuelto algo rutinario, por eso en la aventura de hoy, me decidí hacer algo diferente, para que quedara la anécdota en esta bitácora, puesto que a su buen servidor y amigo, le da por ser muy hiperactivo y el joven decidió desempolvar su balón de basquetbol que tiene arrumbado y empezó a botarlo por toda la casa para mejorar sus habilidades deportivas y sobre todo para que fluyera la sangre al cerebro, porque como a todos nos pasa en estos días me encuentro con demasiado tiempo libre. Mientras botaba el balón, me empecé a animar y a sentir todo un jugador profesional y me rete a llegar al cuarto de mi hermano, evitando todos los obstáculos, como mi cama, puertas, mesas, sillones, adornos, mientras hacia mis proezas deportivas salió mi madre a gritarme que ni se me ocurriera estar dentro de la casa con el balón porque tengo mucho patio para jugar y me empezó a seguir y regañar, sentía como la adrenalina subía mientras me seguía y me preocupaba por no quebrar algo, comencé a driblar con el balón y me emocionaba mucho, ya que sentía como si estuviera viendo a alguno de mis basquetbolistas favoritos evitando a todos sus rivales, gracias a Dios en esta ocasión no quebré nada. Pero mientras pasaba todo esto pensé en varias cosas.
Entre ellas como extraño las cosas mas simples, como lo es el salir a hacer algún deporte, o poderlos ver, con esto recordaba todas las veces que me invitaron a algún bar mis amigos a disfrutar de los partidos que mucha falta me hacen para desestresarme, pero sobre todo me di cuenta de como extraño convivir con aquellos que con el tiempo se convirtieron mi familia y al igual que nosotros esos seres queridos también pasan un trago muy amargo.
Entonces se vinieron muchos flash back a mi mente pensado en lo feliz que era con las simple amistad, con un abrazo, con esas palabras de aliento, con el apoyo incondicional, ese apoyo que te dan las personas que te estiman y aquí fue mi sorpresa, pues pensando todo esto me di cuenta que ahí están y aunque muchas veces nos es difícil apreciarlo pues no lo vemos o sentimos, debemos darnos cuenta que no estamos solos que alguien se esta preocupando por nosotros y nosotros por ellos, así que en esta cuarentena te puede invadir mil pensamientos negativos, pero tenemos que empezar a apreciar lo mucho que tenemos, soltar estas ataduras a lo material que todo este tiempo se nos han vendido como las cosas que nos harán feliz, si es muy difícil soltar las cosas, pero es muy necesario para encontrar ese camino a la paz interior, pues lo material va y viene, pero lo que realmente importa es aquello que no podemos comprar. Y encerrados llegamos a pensar que no tendremos mas felicidad, pero debemos de seguir en la espera de un día mejor, debemos de llenarnos de nosotros mismos y tomarnos un descanso de esa vida tan agitada, hoy vivimos en lo mas simple, sin lujos, ni con ganas de gastar dinero en cosas que no sean indispensables, pues la economía mundial se detuvo, haciéndonos ver lo frágil que somos y aun así vivíamos como si fuéramos eternos. Este momento creo que es un regalo para todos, porque gracias a esto vamos a crecer como personas, es el momento para conocernos a fondo, ver de que estamos hechos, pero sobre todo es tiempo de arreglar las cosas primero con nuestro interior y así arreglar lo que no este bien con las personas que nos rodean, ya que considero que no debemos de guardar rencores y menos en estos días que todo puede pasar; pues tengamos en cuenta que cuando esto acabe lo primero que vamos a querer hacer es visitar a nuestros amigos, familiares, pareja para ya nunca mas alejarnos, pues el encierro hace que valoremos la tan apreciada compañía, tengamos en cuenta que estamos aprendiendo a estar solos y en la soledad con el tiempo aprendemos el valor de un abrazo.
Recuerda que todos tenemos algo que regalarle al mundo, no dejes que estar en una casa te detenga, se que tenemos talentos que podemos sacarles jugo en este momento al máximo, para así desarrollarlos y regalarlos ha su tiempo a los demás.
Por el momento me vuelvo a despedir, pero no sin antes recordarte que no estamos solos, una llamada puede cambiar tu vida o la de alguien, hay mucho que dar aun y tenemos la oportunidad de hacerlo. Hasta la vista mis estimados amigos y nos seguiremos leyendo en la siguiente nota.
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